Ya sea que seas un chef experimentado o que apenas sobrevivas con pizzas congeladas quemadas, todos pueden beneficiarse de un poco de ayuda en la cocina. Si bien no hay forma de garantizar que tu cónyuge o tus hijos alguna vez contribuyan, existen algunos consejos de cocina sorprendentes que harán tu vida en la cocina mucho más fácil.
Pasta Previamente Remojada para una Cocción Rápida

Esta noche es noche de pasta. Ya tienes listos tus fideos y salsa; solo estás esperando que la maldita pasta termine de cocinarse. ¿Qué pasaría si hubiera una manera de hacer que la pasta se cocinara en 60 segundos?
Llena una bolsa de plástico con un poco de agua fría y agrega los fideos crudos. Deja la pasta en remojo durante aproximadamente una hora y media. La pasta se volverá blanda, pero como el agua está fría y no activa el almidón, los fideos aún no se pegarán entre sí. Una vez que estés lista para la cena, saca la pasta previamente remojada de la bolsa (aún debe tener algo de rigidez) y agrégala al agua hirviendo. En solo un minuto, la pasta estará cocida y lista para la salsa.
El único inconveniente de este plan es que lleva una hora y media prepararlo, por lo que requiere cierta planificación. Pero si sabes que vas a pasar una tarde ocupada llevando a los niños a la práctica de fútbol, comienza a remojar previamente, haz los recados y, cuando regreses, tendrás lista una comida rápida y fácil.
Rallar Mantequilla Congelada

Paso uno: derrite la mantequilla en una sartén. Este paso en cualquier receta siempre termina siendo “empujar un cuadrado de mantequilla congelada hasta que se derrita” o peor aún, agregar un trozo de mantequilla a un plato ya preparado y luego tener que revolverlo durante cinco minutos hasta que se distribuya uniformemente. Tiene que haber una manera más fácil, ¿verdad?
Intenta rallar la mantequilla congelada directamente en la sartén. La mantequilla rallada se derrite más rápidamente y es más fácil de mezclar en cualquier plato. Además, no es necesario que recuerdes descongelar la mantequilla con anticipación. Simplemente sácalo del congelador y comienza a cocinar.
Quitar las Yemas de Huevo con una Botella de Agua

Si estás tratando de comer sano y te limitas solo a las claras de huevo, pero no sabes cómo eliminar esas molestas yemas de los huevos de la mañana, este consejo es para ti. Todo lo que necesitas es una botella de agua vacía.
Primero, aprieta la botella para expulsar el aire. Luego, coloca la abertura directamente sobre la yema y suelta. El vacío dentro de la botella absorberá la yema, dejando atrás todas las claras. Luego puedes transferir las yemas a un recipiente diferente sin romperlas.
Ablandar el Helado Duro con Agua Caliente

A veces solo necesitas un tazón rápido de helado, pero cuando lo sacas del congelador, está duro como una piedra. Incluso las cucharas más duras no pueden competir con su dureza. Para este consejo, todo lo que necesitas es un cuchillo afilado y acceso a agua caliente.
Pasa el cuchillo por el agua caliente durante unos segundos para que pueda cortar fácilmente el helado. Luego, corta un patrón de cuadrícula en el helado de aproximadamente una pulgada de profundidad. Esto aumenta la superficie del helado, lo que permite que se derrita más rápidamente y se ablande. Luego colócalo en un plato (o simplemente toma una cuchara) y estará listo para disfrutar.
Las Tapas de los Tarros de Cristal Hacen Huevos Fritos Perfectos

¿Alguna vez te has preguntado cómo consigue McDonald’s que sus huevos fritos quepan perfectamente en sus sándwiches redondos? Usan un molde. Para la mayoría de las personas, tener un molde de huevo específico sería excesivo. Sin embargo, puedes utilizar un sustituto con el mismo efecto.
Desenrosca la tapa de un tarro de cristal y quita la parte superior para que solo quede el anillo roscado. Pon el aro en tu sartén y agrega un huevo. El huevo se cocinará formando un círculo perfecto dentro de la tapa. Cuando el huevo esté cocido a tu gusto, coloca una espátula debajo y transfiérelo a un plato, bagel, muffin o recipiente de tu elección.








