<p>¿Alguna vez has sentido que no puedes parar de comer papas fritas o galletas, aunque sabes que no son buenas para ti? La ciencia está descubriendo que ciertos alimentos ultraprocesados pueden ser adictivos, afectando nuestro cerebro de manera similar a sustancias como el alcohol o el tabaco. Entender esto puede ayudarte a tomar mejores decisiones sobre tu alimentación y la de tu familia.</p>
<h2>¿Qué son los alimentos ultraprocesados?</h2>
<p>Imagina que tienes un plato con una manzana fresca. Eso es un alimento **poco procesado**. Ahora piensa en una bolsa de papas fritas. Es un alimento **ultraprocesado**. La diferencia principal es que las papas fritas han pasado por muchos procesos industriales, con ingredientes añadidos como azúcares, grasas y aditivos para hacerlas más atractivas y sabrosas.</p>
<h3>La clasificación NOVA: una forma de entender los alimentos</h3>
<p>Los científicos usan la clasificación NOVA para organizar los alimentos según su nivel de procesamiento:</p>
<ul>
<li><strong>Grupo 1:</strong> Alimentos sin procesar o mínimamente procesados (frutas, verduras, carne fresca).</li>
<li><strong>Grupo 2:</strong> Ingredientes culinarios procesados (aceite, azúcar, sal).</li>
<li><strong>Grupo 3:</strong> Alimentos procesados (quesos, conservas de verduras).</li>
<li><strong>Grupo 4:</strong> Alimentos ultraprocesados (refrescos, snacks empaquetados, comidas rápidas).</li>
</ul>
<p>La clave está en que los alimentos ultraprocesados a menudo contienen pocos ingredientes enteros y muchos aditivos artificiales.</p>
<h2>¿Por qué son tan adictivos?</h2>
<p>Estos alimentos están diseñados para activar fuertemente el sistema de recompensa en nuestro cerebro. Piensa en una máquina tragamonedas: las luces y los sonidos están pensados para mantenerte jugando. Los alimentos ultraprocesados hacen algo similar.</p>
<h3>El cerebro y la comida: una conexión peligrosa</h3>
<p>Nuestro cerebro libera **dopamina**, un neurotransmisor asociado al placer y la recompensa, cuando comemos algo que nos gusta. Los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas y sal, pueden provocar una liberación excesiva de dopamina, creando una sensación intensa de placer que nos impulsa a querer más. Este mecanismo es similar al que ocurre con las drogas adictivas.</p>
<p>Estudios recientes han mostrado que el consumo regular de alimentos altos en grasa y azúcar pueden reconfigurar los circuitos de recompensa en el cerebro, intensificando la motivación por consumir estos productos. Estos cambios neuronales son similares a los observados en personas con adicciones a otras sustancias [Fuente: <a href="https://www.cell.com/cell-metabolism/fulltext/S1550-4131(23)00051-7" target="_blank" rel="noopener">Cell Metabolism</a>].</p>
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<li><strong>Cravings:</strong> Deseos intensos de consumir el alimento.</li>
<li><strong>Pérdida de control:</strong> Dificultad para dejar de comer una vez que se empieza.</li>
<li><strong>Tolerancia:</strong> Necesidad de comer cada vez más para sentir el mismo placer.</li>
<li><strong>Abstinencia:</strong> Sentimientos negativos al intentar dejar de consumir el alimento.</li>
</ul>
<h3>Hiperpalatabilidad: el secreto de su sabor irresistible</h3>
<p>Tera Fazzino, psicóloga de la Universidad de Kansas, describe los alimentos **hiperpalatables** como aquellos que son "extra deliciosos, irresistibles". A diferencia de los alimentos naturales que también son agradables, los hiperpalatables llevan esta cualidad a un nivel superior, gracias a la combinación de ingredientes que estimulan fuertemente nuestras papilas gustativas.</p>
<p><strong>La industria alimentaria</strong> invierte mucho en investigación para crear productos que sean lo más atractivos posible para nuestros sentidos. Esto significa encontrar la combinación perfecta de sabores, texturas y aromas que nos hagan querer comer más.</p>
<h2>¿Qué podemos hacer al respecto?</h2>
<p>Aunque la situación puede parecer desalentadora, hay medidas que podemos tomar para recuperar el control sobre nuestra alimentación:</p>
<h3>Conciencia y educación</h3>
<p>El primer paso es ser conscientes de lo que comemos. Leer las etiquetas de los alimentos y entender la diferencia entre un alimento mínimamente procesado y uno ultraprocesado es fundamental.</p>
<h3>Elegir alimentos reales</h3>
<p>Priorizar el consumo de alimentos frescos y naturales, como frutas, verduras, carnes magras y granos integrales, es la mejor forma de evitar los aditivos y procesos industriales que hacen que los alimentos ultraprocesados sean tan adictivos.</p>
<h3>Regulación y políticas públicas</h3>
<p>En Chile, se han implementado regulaciones agresivas para los alimentos envasados con altos niveles de azúcar, grasas saturadas, sal o calorías. Estas medidas incluyen restricciones de marketing, impuestos sobre ciertos productos y etiquetas de advertencia claras. Los estudios sugieren que estas políticas están influyendo en las decisiones de compra de los consumidores, reduciendo la presencia de productos poco saludables en sus hogares.</p>