La frecuencia con la que los adultos mayores deben ducharse es un tema que genera debate. Contrario a la creencia popular, ducharse a diario no siempre es lo mejor para la piel madura. Expertos sugieren una higiene adaptada a los cambios que experimenta la piel con el envejecimiento.
La Piel de los Adultos Mayores: Necesidades Específicas
Con el paso de los años, la piel cambia y requiere cuidados distintos. El envejecimiento cutáneo trae consigo:
- Disminución en la producción de sebo.
- Adelgazamiento de la epidermis.
- Pérdida de elasticidad.
- Disminución en la velocidad de renovación celular.
Estos cambios hacen que la piel sea más susceptible a irritaciones y sequedad. La capa protectora natural de la piel, conocida como manto hidrolipídico, se vuelve menos eficiente con la edad. Ducharse muy seguido o con productos agresivos puede dañarla aún más, comprometiendo su función de barrera contra el medio ambiente y la retención de humedad.
¿Cuántas Duchas Son Suficientes?
Aunque culturalmente estamos acostumbrados a la ducha diaria, los especialistas proponen otra frecuencia para las personas mayores:
Grupo de Edad | Frecuencia Recomendada | Uso de Jabón |
---|---|---|
65-70 años en adelante | 2-3 duchas por semana | Días alternos |
Esta recomendación se basa en la necesidad de no remover los aceites naturales de la piel en exceso. Esto no significa descuidar la higiene; las áreas sensibles como axilas, pies e ingles deben lavarse a diario.
Consejos para una Higiene Adecuada a la Edad
Para cuidar la piel madura y mantener una buena higiene, considera lo siguiente:
- Temperatura del agua: Usa agua tibia en lugar de caliente para evitar resecar la piel.
- Duración de la ducha: Una ducha breve, de unos pocos minutos, es suficiente. Según investigadores de Harvard Medical School, entre 3 y 4 minutos bastan.
- Selección de productos: Elige aceites de ducha, syndets (jabones sin jabón) o jabones con alto contenido de grasa. Evita los productos con sulfatos y otros ingredientes agresivos.
- Secado: Seca la piel dando toques suaves con una toalla en lugar de frotar.