Disfrute del vapeo de baja potencia sin antojos
Los vapers o cigarrillos electrónicos ya llevan en el mercado bastantes años, de manera que es normal que vayan evolucionando y cambiando para ofrecer la máxima variedad a los clientes.
Así, los últimos en entrar en las tiendas son los vapers de baja potencia, los cuales son muy interesantes en varios casos, como en aquellos en los que sus usuarios quieren dejar de fumar.
¿Qué es un vaper de tipo POD o baja potencia?
El vaper de tipo POD o de baja potencia se ha diseñado con la idea de que sea muy pequeño, y de hecho es uno de los pocos cigarrillos electrónicos que son de bolsillo de verdad, pues se puede llevar en uno sin que apenas abulte.
Este tamaño se debe a que su resistencia es muy pequeña y por eso no necesita una batería grande, ya que se ha ideado con el fin de que no tenga que producir demasiado vapor, usando para ello un líquido específico que se denomina sales de nicotina.
Es importante saber que este cigarro se puede utilizar con líquidos normales, pero dada su baja potencia da mejor resultado si utilizamos líquidos para vapear de sales de nicotina.
¿Qué son las sales de nicotina?
Son líquidos para vapear que pueden tener una concentración de nicotina bastante alta, con dosis que llegan hasta los 20 mg/ml y que son los que se recomiendan en los POD, pues no provocan mareos ni raspado en la garganta. Su peculiaridad es que la nicotina no se presenta en su forma de base libre, sino en la forma química de una sal, habitualmente un benzoato.
Esto se consigue gracias a que hablamos de cigarrillos de baja potencia, así que administran la nicotina de una manera gradual, produciendo una enorme sensación de saciedad que quita las ganas de fumar durante bastante tiempo.
Con un POD se puede sustituir al tabaco sin inhalar todas las sustancias perjudiciales que tiene este, y que son añadidas en el proceso de fabricación, pues, aunque la nicotina es adictiva, no deja de ser un producto natural.
La idea es ir comprando sales de nicotina con concentraciones cada vez menores, de forma que al final dejemos de fumar por completo, tanto tabaco convencional como líquidos de vapeo.
Existen dos tipos de POD
Podemos comprar dos tipos de POD distintos, uno con cartucho abierto y uno con cartucho cerrado, siendo los primeros los más usados en la actualidad debido a su versatilidad.
Los de cartucho abierto traen un depósito que se rellena, de manera que es posible ir poniendo el líquido de sales de nicotina que nos apetezca en cada ocasión, eligiendo entre sabores, niveles de nicotina, etc.
En el caso de los de cartucho cerrado, este no se puede rellenar. Hay que consumir el líquido que trae y luego se tira, colocando uno nuevo, pudiendo soltar algunas gotas de líquido dentro de la boca.
Cuando los usuarios no quieren complicarse la vida, compran un POD del segundo tipo, aunque lo cierto es que hay menos variedad de sales para ellos y también está el tema medioambiental, ya que al tirar un cartucho cada vez que se gasta se generan más residuos, algo que hay que tratar de evitar.