Trappist-1e, una de las siete maravillas del sistema TRAPPIST-1, ofrece un espectáculo único para los futuros viajeros espaciales. Su peculiaridad radica en un eterno crepúsculo, producto de su singular rotación y cercanía a su estrella.
Un mundo de contrastes: Cara diurna, cara nocturna y la franja habitable
TRAPPIST-1e presenta dos caras radicalmente distintas debido al anclaje gravitacional, similar a la relación entre la Tierra y la Luna. Esto significa que siempre muestra la misma cara a su estrella, una enana roja mucho más pequeña y fría que nuestro Sol.
Características de las caras
- Cara diurna: Constantemente iluminada, experimenta altas temperaturas y aridez debido a la radiación de la estrella.
- Cara nocturna: Sumida en la oscuridad perpetua, se caracteriza por un paisaje helado y montañoso.
Aunque la estrella es pequeña, las frecuentes erupciones solares emiten radiación que erosiona la atmósfera del planeta. Esta atmósfera delgada no puede distribuir el calor de manera eficiente, creando los extremos de temperatura.
La Zona Habitable: Un crepúsculo perpetuo
La vida, tal como la conocemos, solo podría existir en una estrecha franja alrededor del terminador (la línea que separa el día y la noche). En esta zona, las temperaturas permiten la existencia de agua líquida subterránea. Aquí se encuentra una hipotética «Ciudad Circular», aprovechando el crepúsculo eterno.
Siete planetas en la palma de la mano
Las siete planetas del sistema TRAPPIST-1 están increíblemente cerca de su estrella, tanto que todas sus órbitas cabrían dentro de la órbita de Mercurio. Este acercamiento permite presenciar fenómenos astronómicos únicos, como el Gran Alineamiento, donde los seis planetas se congregan en el cielo simultáneamente.
Desafíos climáticos
La región del terminador, además de ofrecer condiciones potencialmente habitables, también presenta desafíos. Las diferencias de temperatura entre la cara diurna y nocturna generan fuertes vientos que barren la zona, lo que podría impactar en cualquier asentamiento.
