Segun reciente investigacion, la cascara de bananos puede limpiar el agua de metales pesados

Formado por celulosa, lignina y hemicelulosa, materiales con grupos funcionales que capturan el mercurio del agua, el grupo de investigación también encontró que las cáscaras de bananos o de banana, o platanos son eficaces para eliminar otros metales tóxicos como el plomo o el cadmio.

En el caso concreto del mercurio, las cáscaras «son las campeonas de la limpieza», explica la investigadora Elaine Fabre, y «lo que las diferencia de otros materiales biológicos [que también están compuestos de celulosa, lignina y hemicelulosa] es que son más ricas en grupos de azufre y el mercurio tiene una gran afinidad con ese elemento».

Por eso, dice , «estas cascaras son tan eficientes en la eliminación del mercurio del agua.

Los investigadores estiman que para tratar 100 litros de agua contaminada con 0,05 miligramos de mercurio, y para alcanzar la concentración permitida para el agua potable de 0,001 miligramos de mercurio por litro, sólo se necesitarían 291 gramos de conchas.

La aplicación de cascaras de plátano para eliminar el mercurio mediante procesos de sorción -procesos que implican la retención de un compuesto de fase fluida en la superficie de un sólido- puede llevarse a cabo en plantas de tratamiento de aguas residuales, efluentes industriales o incluso cualquier otro sistema que contenga agua contaminada.

Para ello, los científicos de Aveiro aseguran que basta con poner las cascaras en contacto con el agua contaminada durante un cierto período de tiempo.

Las cáscaras han sido probadas en varios sistemas reales, con agua del grifo, agua de mar o agua de efluentes industriales, y en presencia de muchos otros elementos además de los metales pesados, y en todos los casos las cáscaras han demostrado su eficacia.

«Los resultados muestran un potencial muy prometedor en la aplicación de las conchas en sistemas reales», señala el investigador.

El trabajo con las cáscaras de platanos o bananos involucró, además de Elaine Fabre, investigadora del Centro de Estudios Ambientales y del Mar (CESAM), CICECO – Instituto de Materiales de Aveiro y LAQV -REQUIMTE, a los científicos Cláudia Lopes, Eduarda Pereira, Carlos Silva, Carlos Vale, Paula Figueira y Bruno Henriques