Salud, medio ambiente, seguridad de datos… ¿Deberíamos tener miedo de 5G?
Las primeras ofertas de 5G deberían llegar en unos pocos meses, pero esta tecnología plantea muchos temores y preguntas. ¿Debemos temer a las ondas, cuál es el impacto en el medio ambiente y cuáles son los riesgos del espionaje de datos?
La quinta generación de comunicaciones móviles (5G) debería permitir un salto en el rendimiento en términos de rendimiento (multiplicado por 10), tiempo de transmisión (dividido por 10) y fiabilidad de la comunicación. Promete un vasto campo de aplicaciones y debería permitir el desarrollo de la digitalización de la sociedad (automóviles autónomos, telemedicina, redes inteligentes, etc.).
Pero esta tecnología también plantea preocupaciones sobre la salud y el medio ambiente. Por ello, la Convención Climática de los Ciudadanos ha pedido una moratoria en el despliegue de 5G y el 13 de septiembre pasado, 68 representantes electos firmaron una plataforma en la JDD para relanzar esta moratoria hasta el verano de 2021. Pero, ¿cuáles son estos famosos temores y están justificados?
¿Es el 5G peligroso para la salud?
Como la 4G, la 5G emite ondas electromagnéticas en radiofrecuencias. Sin embargo, según Sophie Pelletier, presidenta de PRIARTEM-Electro-sensible de Francia, «sabemos que estas ondas tienen un impacto en nuestro cerebro y que algunas personas tienen trastornos de electro-sensibilidad». Stephen Kerckhove, Delegado General de Agir pour l’environnement, cree que el 5G «provocará una explosión en la exposición de los residentes locales».
Estas acusaciones a menudo se transmiten pero no se prueban por el momento. Según un informe publicado el 1 de septiembre de 2020 por el Consejo General para el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible (CGEDD), el Consejo General de Economía (CGE), la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) y la Inspección General de Finanzas (IGF), «según el consenso de los organismos sanitarios nacionales e internacionales, no hay efectos adversos probados a corto plazo» en relación con estas ondas electromagnéticas. Tampoco se han observado efectos a largo plazo.
5G usará dos nuevas bandas de radiofrecuencia: 3,5 GHz hasta julio de 2026, luego 26 GHz. El objetivo es ofrecer una conexión adicional sin riesgo de congestión en las frecuencias ya ocupadas por 2, 3 y 4G (de 700 MHz a 2,6 GHz).
Sin embargo, los fabricantes de equipos prometen un 5G de ahorro de energía, gracias en particular a la inteligencia artificial y a la optimización de las infraestructuras materiales. Nokia promete un 30% de ahorro de energía en sus estaciones 5G gracias a la tecnología de refrigeración. Además, las antenas «inteligentes» no funcionan permanentemente, sino que sólo se activan cuando detectan a un usuario que intenta conectarse. Por último, suponiendo que el 5G conlleva costes energéticos adicionales, también puede reducir la huella de carbono en un 15% en otras actividades, argumenta Franck Bouétard, director general de Ericsson Francia, en L’Usine Nouvelle.
El verdadero problema se refiere a los terminales: 5G obligará a los usuarios a renovar sus teléfonos móviles más rápido de lo que lo harían normalmente, lo que generará más residuos. 5G también es probable que impulse el consumo, lo que aumentará su balance energético.
¿Aumenta el 5G el riesgo de ataques cibernéticos?
¿Es probable que los proveedores de 5G nos espíen? Es sobre la base de este temor que el fabricante chino de equipos Huawei ha sido expulsado de muchos países. En Francia, la Agencia Nacional para la Seguridad de los Sistemas de Información (Anssi) ha pedido a los operadores que desmantelen sus instalaciones de Huawei en un plazo de 3,5 u 8 años, lo que equivale a prohibirlo dados los costos de inversión. Sin embargo, el proveedor chino ha dicho que está dispuesto a firmar acuerdos con Francia y todos los países asociados contra las «puertas traseras». El equipo de Huawei también es conocido por su calidad y fiabilidad. Esto nos lleva a otro posible riesgo: la ciberseguridad.
5G promueve nuevos riesgos en materia de seguridad cibernética, en particular mediante la multiplicación de los puntos de entrada y una infraestructura más descentralizada», escribe Jean-Marc Jancovici. Debido a su velocidad, «se pueden filtrar grandes cantidades de datos de una organización en cuestión de segundos», confirma William Culbert, Director de Europa meridional de BeyondTrust, en un artículo del periódico francés Les Echos.
El pasado mes de octubre, la Unión Europea publicó un informe sobre los riesgos de seguridad asociados con el 5G, en el que expresaba su preocupación, en particular, por los nuevos subcontratistas que participan en la cadena de equipo, como los integradores o los proveedores de programas informáticos que no están suficientemente familiarizados con las cuestiones de seguridad cibernética.
Estos son todos los nuevos vacíos en el circuito. A la inversa, el 5G podría reforzar la seguridad de la red, en particular mediante un protocolo de autenticación más estricto y la detección automática de amenazas. Otra ventaja: dado que la señal está enfocada en el terminal del usuario, es menos probable que sea interceptada. Así, es posible crear una red privada 5G, enteramente dedicada a una fábrica o un sitio remoto.
Los especialistas señalan otros riesgos, como la perturbación de los pronósticos meteorológicos o el aumento de la brecha digital. En realidad, 5G no es intrínsecamente peor que 4G, ni para la salud ni para el medio ambiente. Todo depende de cómo se use y de las condiciones en que se use.