Se describe como una «mezcla de radiación nunca antes vista» que fue interceptada por un equipo internacional de investigadores durante una colaboración global que vio el uso de datos recopilados por varios telescopios. Estas radiaciones parecen provenir de una estrella muerta en nuestra galaxia y son de un tipo que nunca antes se había visto.

Los investigadores creen que hay dos fenómenos ya conocidos: magnetar y ráfaga de radio rápida (FRB).

Los primeros pueden considerarse como los restos de estrellas con campos magnéticos muy intensos, los más intensos pero identificados en todo el universo. Los magnetares de repente pueden volverse «activos» y emitir explosiones violentas de radiación de muy alta energía de muy corta duración pero que son muy potentes y brillantes.

Los flashes rápidos de radio, por otro lado, son mucho más misteriosos. Identificados por primera vez solo en 2007, estos eventos cósmicos ven ondas de radio que se propagan durante unos pocos milisegundos antes de desaparecer. Su propia intercepción es muy rara y los investigadores mismos no saben realmente qué los produce.

Volviendo al fenómeno interceptado por el equipo de investigadores, los investigadores afirman haber identificado una explosión de rayos de alta energía provenientes de un magnetar, llamado SGR 1935 + 2154, descubierto hace seis años.

Este último parece haberse vuelto activo nuevamente, pero los investigadores han descubierto que emana no solo rayos X, como sucede normalmente con los magnetares que de repente se activan, sino también las ondas de radio.

De hecho, notaron una explosión repentina y muy poderosa de ondas de radio paralelas a una emisión de rayos X, una mezcla proveniente de la misma posición que el magnetar SGR 1935 + 2154.

«Nunca antes habíamos visto una explosión de ondas de radio, similar a una ráfaga de radio rápida, de un magnetar», explica Sandro Mereghetti del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF-IASF) en Milán.

Según los investigadores, las emisiones de rayos X del magnetar están tan magnetizadas que también pueden detectarse a la longitud de las ondas de radio. El estudio completo fue publicado en Astrophysical Journal Letters.