Otoplastia o cómo decirle adiós a las orejas de “soplillo”
Más de un 5 % de la población española padece lo que llamamos orejas de soplillo. Para muchos y muchas esto no significa un grave problema de estética. Sin embargo, muchos pacientes se someten a operaciones de otoplastia para poder quitarse ese complejo. Según varias estadísticas, los hombres son las que más lo demandan, ocupando la quinta posición de operaciones más frecuentes en ese género.
La otoplastia abarca más variedades de cirugías, aparte de corregir las “orejas de jarra”. Cada vez son más los especialistas que se enfrentan a este tipo de intervenciones diariamente. La clínica estética de la doctora Bernabéu en Alicante ofrece a sus pacientes la reducción del tamaño de las orejas, la corrección del lóbulo, corregir su asimetría o la reconstrucción.
Dos centímetros que causan complejos: las orejas “soplillo”
Cerca de 2 millones de personas en España se encuentran en una situación donde sus orejas tienen el problema más común: “orejas de soplillo”. Esta desproporción puede ser objeto de burla y crear complejos. Por ello, muchos se someten a una otoplastia para corregirlo.
Para considerar que una oreja tiene forma de “jarra” tiene que sobresalir de la cabeza más de 2 centímetros. Además, en muchas ocasiones se presentan pacientes con el borde exterior que no está lo suficientemente desarrollado y crea un pliegue en forma de cocha profunda.
Por ello, la otoplastia ayuda a corregir estas “imperfecciones” de forma permanente que, para muchos, pueden ser un problema para su autoestima.
En busca del equilibrio simétrico: reducción de tamaño
Otra de las intervenciones más comunes de la otoplastia es la reducción del tamaño de las orejas. Para los expertos, se considera que una oreja tiene un tamaño “normal” cuando oscila entre 5,5 cm y 6,6 cm. Cuando sobresalen esas medidas, se considera una oreja grande para el tamaño de la cabeza.
Este tipo de operaciones se suelen dar en personas jóvenes y niños, que sufren burlas por parte de los compañeros de clase y les acarrea complejos. Por eso, esta operación consiste en llevar a cabo una cirugía que consigue proporcionar la oreja del paciente y aproximarla a la cabeza para conseguir el mayor equilibrio simétrico posible.
El tiempo no perdona: reducción de lóbulo
Con el paso del tiempo el lóbulo de las orejas va perdiendo tersura, firmeza y volumen. Mujeres y hombres, sobre todo las primeras, sufren este problema al llevar pendientes pesados durante mucho tiempo.
La operación de la corrección del lóbulo es una de las más rápidas de hacer: 30 minutos. Las técnicas usadas para este tipo de intervención quirúrgica ha ido desarrollándose durante los años hasta conseguir resultados naturales y una gran satisfacción por parte de los pacientes y alegados.
En esta intervención se emplea anestesia local y en media hora tu oreja tendrá un lóbulo carnoso, redondo y armónico que volverá a tener el aspecto joven de antaño.
Una segunda vida: la reconstrucción de orejas
Por circunstancia de la vida, muchas personas se enfrentan a deformaciones en las orejas de forma congénitas o por factores externos como un tumor, accidentes, quemaduras o traumatismos. Por ello, a través de la otoplastia se lleva a cabo la reconstrucción de la zona dañada.
Esta intervención se realiza con el tejido del paciente o a través de implantes o prótesis, según el tipo de cirugía que se presente. Asimismo, dependiendo del caso, se utiliza o bien anestesia local o general, siendo más común la primera opción.
Todas estas intervenciones comparten una característica común: todos los resultados son inmediatos. Sin embargo, el resultado final aparecerá en el tiempo, cuando pasen 6 semanas del postoperatorio.