¿Olas de calor? Irrigar espacios verdes ayuda mucho según un nuevo estudio
Los espacios verdes urbanos pueden beneficiarse mucho del riego debido al contraste con el calor y el llamado “calor urbano”. Así lo informa un nuevo estudio publicado en Environmental Research: Climate que toma en consideración precisamente el riego de los espacios verdes urbanos en relación con el fenómeno de la evapotranspiración.
Evapotranspiración
La evapotranspiración es el nivel de agua que se evapora de la superficie del suelo a través de la transpiración de las plantas. Según los investigadores, la evapotranspiración sigue siendo, en los espacios urbanos ocupados por la vegetación, el único mecanismo de enfriamiento en ausencia de sombra y, por tanto, un factor a tener muy en cuenta en el contraste con las olas de calor.
Sin embargo, la propia evapotranspiración, explican los investigadores, depende de varios factores, como el clima, la estacionalidad y el tipo de vegetación. Por lo tanto, es muy importante comprender cómo se puede llevar a cabo el riego urbano de espacios verdes de manera efectiva, teniendo también en cuenta los problemas de gestión relacionados con el suministro de agua.
Regar los espacios verdes puede reducir mucho la temperatura de las ciudades
Los investigadores concluyeron que el riego de espacios verdes puede reducir en promedio la temperatura máxima diaria del aire en 2,5 ° y la temperatura de la superficie del suelo en 4,9 °. Entre los análisis que realizaron los investigadores también se encontraba el de algunos céspedes en Vancouver, Canadá. Mientras que el área de césped regada de un parque se caracterizó por una temperatura superficial de solo 16 °, otras áreas de césped en la misma área que no fueron regadas mostraron temperaturas tan bajas como 34 °.
Se trata de una diferencia que, según los investigadores, se explica por el aumento del flujo de calor latente y diversas alteraciones en otros flujos de energía superficial. Básicamente, se aporta humedad al suelo, precisamente a través del agua de riego, y una mayor cantidad de energía del mismo se convierte en flujo de calor y esto provoca una disminución de la temperatura de la superficie y también del aire.
Las ciudades con climas más secos son las que más se benefician
Los investigadores también encontraron que las ciudades con climas más secos y cálidos muestran el potencial de enfriamiento de una mayor irrigación. Por lo tanto, estas ciudades deberían considerar seriamente el riego regular de los espacios verdes para mitigar el calor urbano, particularmente durante las olas de calor.
Para evitar el desperdicio de agua, se podría implementar una técnica de riego, explican los investigadores, basada en el control continuo de la humedad del suelo. Las ciudades con problemas de suministro de agua también pueden considerar esquemas de riego basados en el control de los niveles de temperatura.