Océanos condenados a muerte, en pocos años estarán invadidos por plásticos y sin vida.

Estamos matando al planeta Tierra, y lo estamos haciendo tan rápido que los científicos son incapaces de encontrar soluciones hipotéticas al desastre. El equipo de una agencia gubernamental británica ha llevado a cabo un estudio sobre la salud de los océanos, que estima que en unos 7 años la cantidad de residuos plásticos en los océanos podría superar los 16 billones, triplicando la cifra actual. En riesgo, leemos en el informe «Foresight: Future for the Sea», la biodiversidad marina y, en consecuencia, todo el sector pesquero.

El hombre ha matado la biodiversidad marina

Ian Boyd, biólogo del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Británico, cree que el mayor problema con los océanos es que están «lejos de la vista y la mente» de la gente. Los problemas, aunque concretos y ya dramáticos, no son percibidos por la comunidad, que reacciona con indiferencia ante las noticias más catastróficas. Volviendo al otro lado, en la convicción equivocada de que los ya denunciados desde hace algún tiempo por los ecologistas no eran nuestros problemas, no ha servido de nada. Pronto, señala el equipo de investigadores, habrá más plástico que peces en nuestros mares, y la crisis de las poblaciones de peces será cada vez más amplia y transversal.

El creciente número de parques eólicos marinos y de industrias petrolíferas y mineras están atacando a un ritmo inimaginable lo que hasta hace unos años eran zonas prístinas. Esto pone en peligro el mantenimiento de la biodiversidad. «Hay un proceso continuo de exploración de nuevas cosas para explotar en los océanos -explica el Dr. Boyd- y esto está sucediendo muy rápidamente: los científicos ya no podemos seguir el ritmo». La gente común siente más curiosidad por las misiones en el espacio, añade provocativamente el profesor Edward Hill, colega de Boyd del Centro Oceanográfico Nacional: «Invertimos mucho dinero y entusiasmo por las misiones en el espacio, pero no hay nada que vivir allí: el fondo del mar está repleto de vida. Necesitamos una misión en el Planeta Océano, es la última frontera.

Los daños ya son evidentes en muchas partes del mundo

Hay islas cuyos mares están ahora sin vida. El problema del plástico en los océanos, cuya imagen simbólica se ha convertido en la fotografía de un caballito de mar aferrado a un lazo de algodón, está teniendo consecuencias dramáticas en todas partes, incluso en islas completamente deshabitadas. El pequeño Henderson se ha convertido en el símbolo de este dramático declive, con la mayor densidad de residuos plásticos jamás vista en la historia. El Caribe, que en el imaginario colectivo es un paraíso en la tierra, es de hecho un vertedero al aire libre. Lo único que hay que hacer es sustituir el plástico tradicional, que es omnipresente hoy en día, por plástico biodegradable. Si no actuamos de inmediato, los océanos se verán literalmente asfixiados por los desechos humanos.