Se ha descubierto nuevo dinosaurio con diminutos «brazos» que se asemejan al Tyrannosaurus Rex con el que, sin embargo, no tiene nada que ver
El nuevo dinosaurio identificado por un equipo de investigadores del Museo Paleontológico Ernesto Bachmann de Neuquén, Argentina, se parece mucho al Tiranosaurio Rex, sobre todo por la presencia de dos extremidades superiores muy pequeñas. Llamado Meraxes gigas, el nuevo dinosaurio se describe en un estudio que apareció en Current Biology.
Fósil fue encontrado en la Formación Huincul
Un aspecto interesante es que este dinosaurio y el tiranosaurio han desarrollado, durante sus diferentes líneas evolutivas, «brazos» muy cortos de forma independiente. Por lo tanto, debe haber funciones particulares relacionadas con las extremidades superiores muy cortas y los investigadores también han tratado de analizar este aspecto. El fósil fue encontrado en la Formación Huincul del Cretácico Superior, en el norte de la Patagonia.
Los investigadores calcularon que el espécimen en cuestión tenía 45 años y vivía en las regiones del norte de la actual Patagonia (Argentina). Medía unos 11 metros de largo y se caracterizaba por un peso de más de cuatro toneladas.
Regiones esqueléticas «nunca antes vistas»
Juan Canale, uno de los principales autores del estudio, explica que el fósil de Meraxes gigas que analizaron se caracteriza por regiones esqueléticas «nunca antes vistas», detalles que han ayudado a comprender las tendencias evolutivas del grupo de los carcarodontosáuridos (Carcharodontosauridae), una familia de dinosaurios carnívoros propuesta por primera vez en 1931.
A pesar de la similitud, Tyrannosaurus Rex y Meraxes gigas tienen una evolución bastante distante. En primer lugar, M. gigas se extinguió 20 millones de años antes de la llegada del tiranosaurio, pero también considerando las familias a las que pertenecen, existe una cierta distinción evolutiva. Esencialmente, no existe una relación directa entre las especies.
Función de miembro superior muy corta
Esto significa que las extremidades superiores muy cortas, prácticamente diminutas en comparación con la constitución general del animal, deben haber sido una ventaja evolutiva. Según Canale, las pequeñas extremidades superiores de M. gigas podrían contar con músculos muy fuertes (de hecho, el investigador notó inserciones musculares y cinturones pectorales bastante desarrollados al analizar el fósil).
Estos miembros diminutos, por lo tanto, tenían que tener su propia función particular y no eran «muñones» subdesarrollados e inútiles.
Según Canale, los brazos pequeños probablemente desempeñaron un papel durante el apareamiento, esencialmente para mantener a la hembra en su lugar. O solían realizarse más rápido tras una rotura o una caída.
Pico de diversidad antes de la extinción
Antes de su extinción, el grupo al que pertenecía M. gigas no estaba tan mal: la familia había florecido y había alcanzado un cierto nivel de diversidad. Los investigadores se convencieron de ello al analizar la ornamentación facial y craneal, que mostraba varias crestas, surcos y diversas protuberancias. Estos rasgos muestran un pico de diversidad con altas tasas de evolución.