Microbios extraterrestres, los científicos van a Omán para estudiar un fenómeno rocoso particular

Un equipo de científicos viajó a Omán para estudiar un fenómeno particular que afecta a algunas rocas locales, un fenómeno llamado «serpentinización», según explica un nuevo comunicado de la Universidad Estatal de Arizona. El fenómeno en cuestión es muy interesante ya que una comprensión completa podría hacernos obtener información importante sobre la posibilidad de vida microbiana en otros planetas.

La serpentinización es un proceso geológico único

Como explica la declaración, la serpentinización es un proceso geológico único.[1] Los investigadores analizaron un grupo de rocas cerca de una gran losa de un antiguo lecho marino. Entre estas rocas también se encuentran las ultramáficas del manto superior denominadas ofiolitas de Semail.

Estas rocas se someten a un proceso único en el que el agua reacciona con ellas y se crea gas hidrógeno. Este gas es luego utilizado por microorganismos que lo oxidan y producen la energía que necesitan.

El fenómeno podría existir en todo el universo.

La comprensión completa del fenómeno resultará útil en particular para comprender cómo fabricar los nuevos instrumentos que deberán equipar las sondas en caso de que sean enviadas a los cuerpos del sistema solar donde hay rocas similares.

La serpentinización es, de hecho, un proceso que podría existir en todo el universo, como explica Alta Howells, una de las investigadoras involucradas en el estudio. Ya se han identificado algunas pistas relativas a la posible existencia de este fenómeno en la luna de Júpiter Europa y en la de Saturno Encelado.

Bacterias metanogénicas

Los investigadores analizaron microorganismos metanogénicos, aquellas bacterias que emiten metano al oxidar hidrógeno junto con dióxido de carbono. Se cree que las bacterias metanógenas evolucionaron en una etapa temprana de la historia de la vida en la Tierra.

Los investigadores han descubierto que no todos los ecosistemas en los que puede existir serpentinización pueden albergar microorganismos metanogénicos. En algunos ambientes, otros organismos pueden ser más frecuentes, por ejemplo, aquellos que reducen el sulfato para obtener energía.

Es posible que no se detecten las bacterias que agotan el sulfato

Estos últimos en particular, como explica Howells, no producen metano y por tanto, en teoría, no podrían ser identificados por los instrumentos que están diseñados para buscar vida en otros mundos. “Si podemos desarrollar modelos simples con el suministro de energía como criterio para predecir la aparición y la actividad de la vida en la Tierra, podemos implementar estos modelos para estudiar otros mundos oceánicos”, explica Howells.