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Menos rayos cayeron sobre la Tierra primigenia: ¿Existe un vínculo con el origen de la vida?

Cayeron menos rayos en la Tierra primitiva

Un experimento revela que hace 4.000 millones de años la atmósfera era menos propicia para la formación de rayos. Explicamos por qué existe un vínculo con la teoría del rayo y la aparición de las primeras formas vivas.

El origen de la vida es uno de los grandes misterios de este planeta: ¿cómo nacieron las primeras moléculas orgánicas y por qué se agregaron en formas cada vez más complejas? ¿Cuál fue la chispa que transformó un puñado de productos químicos en formas de vida temprana? Una de las hipótesis más acreditadas implica una chispa: la idea, planteada por primera vez en la década de 1950, es que un rayo cayó sobre la Tierra primordial como catalizador de los primeros procesos de formación de moléculas orgánicas.

Ahora, esta hipótesis ha sido probada nuevamente en el laboratorio, utilizando nueva información sobre la composición de la atmósfera terrestre de hace cuatro mil millones de años, y se descubrió que, en ese momento, los rayos eran mucho más raros que hoy y difíciles de ser «activados»: según un estudio que se publica en Geophysical Research Letters.

La atmósfera primordial. Los primeros en proponer la idea de que fueron los relámpagos y los relámpagos los que catalizaron el nacimiento de la vida fueron, en la década de 1950, los químicos estadounidenses Stanley Miller y Harold Urey. Según ellos, la atmósfera de la Tierra primitiva estaba compuesta principalmente de metano y amoníaco; los dos experimentaron con su idea al recrear esta mezcla de gas en botellas de vidrio «bombardeadas» por descargas eléctricas, que se volvieron a analizar en 2007 demostrando haber producido alrededor de 20 aminoácidos diferentes.

Un resultado alentador que, sin embargo, ha sido cuestionado con el tiempo. Son sobre todo las teorías sobre la composición de la atmósfera primordial las que han cambiado: en la década de 1990, por ejemplo, James Kasting propuso una nueva teoría de que la atmósfera de hace 4 mil millones de años contenía principalmente dióxido de carbono y nitrógeno, no metano y amoníaco.

Menos relámpagos. Christoph Köhn, de la Universidad Técnica de Dinamarca, puso a prueba esta teoría centrándose en particular en la fase inicial de la formación del rayo, la chispa (creada por una serie de colisiones en cadena entre electrones) que da lugar al fenómeno. Köhn intentó generar rayos en tres botellas selladas diferentes: una que contenía una mezcla de gases que coincidía con la de la Tierra primigenia según Miller y Urey, otra con la mezcla propuesta por Kasting y finalmente una que contenía la atmósfera actual de la Tierra.

Lo que encontró es que, bajo las condiciones propuestas por Kasting, se necesitan campos electromagnéticos más fuertes para generar rayos; esto significa que hace cuatro mil millones de años había muchos menos. Según Köhn, podría significar que, si bien es cierto que la vida en la Tierra se formó literalmente por la caída de un rayo, tomó más tiempo de lo que pensábamos, porque había menos energía disponible de lo que creíamos anteriormente.