Los viajes espaciales podrían ser aún más peligrosos para las personas de lo que se ha previsto.

Cuando te imaginas el futuro de la civilización humana y la era de la exploración espacial, si te vienen a la mente colonias en otros planetas y vuelos espaciales de forma regular, es posible que hayas visto demasiadas películas de ciencia ficción. La realidad es que el espacio no es el entorno más favorable para el ser humano. Recientemente, los científicos han encontrado otra confirmación de esto: según los resultados de un nuevo estudio, una estadía prolongada en el espacio plantea un grave riesgo para la salud y puede poner en peligro la vida de los astronautas.

A pesar de las fuertes declaraciones de los jefes de compañías privadas y estatales sobre los planes para la colonización de Marte y los vuelos espaciales regulares de un planeta a otro, la realidad pinta una imagen completamente diferente. El espacio es un ambiente muy hostil para los representantes de nuestra especie. Incluso una larga estadía en la órbita de la Tierra tiene un grave impacto en la salud.

Los  astronautas gemelos  Scott y Mark Kelly se hicieron ampliamente conocidos cuando participaron en un importante experimento, durante el cual Scott fue a la EEI durante un año y su hermano permaneció en la Tierra. Cuando Scott regresó a casa, incluso las bacterias en su intestino se volvieron diferentes, sin mencionar la serie de cambios que ocurrieron en el cuerpo del astronauta.

Un Ambiente muy hostil

La radiación cósmica también representa una grave amenaza para la salud. Los resultados de un estudio anterior publicado en la revista eNeuro, mostró que una estadía prolongada en el espacio afecta negativamente el trabajo del cerebro. Pero eso no es todo. Mientras estudiaban los posibles efectos de los vuelos espaciales en la salud, los investigadores descubrieron que estar en el espacio podría interrumpir el flujo sanguíneo.

El problema es el vaso sanguíneo principal que baja por el cuello desde el cerebro: la vena yugular. Los científicos monitorearon el estado de salud de 11 astronautas que pasaron 50 días en la Estación Espacial Internacional (EEI). El estudio reveló que seis de ellos tenían problemas con el flujo sanguíneo en la vena yugular. Además, se detectó una trombosis o bloqueo de la vena yugular interna, un coágulo de sangre que interfería con la circulación normal, en uno de los miembros de la tripulación. Los investigadores señalan que este es el primer caso registrado como resultado de un vuelo espacial. El trabajo fue publicado en la revista. JAMA Network.

Como el equipo de especialistas informó a la publicación sciencealert.com, se necesita más investigación antes de hablar sobre enviar una persona a Marte. Hasta la fecha, la situación es tal que las consecuencias de los vuelos espaciales largos pueden terminar mal para los astronautas: corren el riesgo no solo de alterar el flujo sanguíneo, sino también del daño cerebral debido a la radiación cósmica.

Cabe decir que una estadía prolongada en gravedad cero tampoco tiene un efecto positivo en el cuerpo. La exposición a un ambiente sin peso durante el vuelo espacial conduce a un desplazamiento crónico de sangre y líquido tisular hacia la cabeza en comparación con la posición vertical en la Tierra. Se desconocen las consecuencias que tendrá la ingravidez en la corriente venosa cerebral. Mover líquido en la dirección de la cabeza durante la ingravidez prolongada también conduce a la hinchazón facial y una disminución en el volumen de las piernas.

Resulta que el tiempo que pasa en el espacio puede reducir la densidad ósea, cambiar la composición de las bacterias intestinales, alterar la función cerebral y provocar trombosis de la vena yugular. A pesar del hecho de que los investigadores están seriamente preocupados por los resultados y tienen la intención de seguir trabajando, hoy por hoy,  los representantes del Homo Sapiens claramente no pueden salir  de la Tierra.

Quizás deberíamos continuar enviando vehículos robóticos para arar el espacio y observar el universo desde lejos. Lo más probable es que nunca podamos salir de nuestro planeta de origen, por lo que se podrían usar los robots para la exploración espacial.