Los agujeros negros pueden reflejar ecos

Cuando dos estrellas de neutrones chocaron en el espacio, las ondas gravitacionales generadas por tan poderoso choque se dirigieron hacia la Tierra. Después de viajar varios millones y miles de millones de kilómetros, las ondas fueron descubiertas en 2017, cuando los científicos, al revisar los registros de las ondas gravitatorias, encontraron pruebas de un agujero negro que viola todas las leyes de la física. Según un artículo publicado en livescience.com, el descubrimiento de este inusual objeto pone en duda la teoría general de la relatividad de Einstein. Entonces, ¿qué pasa con el agujero negro encontrado?

La extrañeza de los agujeros negros
En la teoría general de la relatividad, los agujeros negros son objetos simples: singularidades o puntos específicos de materia infinitamente comprimidos, rodeados por suaves horizontes de acontecimientos por los que no pueden pasar ni la luz, ni la energía, ni ninguna otra sustancia física. Hasta ahora, cada dato recogido por los científicos de los agujeros negros ha apoyado este modelo tan familiar y conocido.
Pero en la década de 1970, Stephen Hawking escribió una serie de artículos en los que sugería que los límites de los agujeros negros no eran tan suaves. En cambio, están fuertemente desdibujados por una serie de fenómenos relacionados con la mecánica cuántica que permiten que la radiación de Hawking se evapore. En los años siguientes, aparecieron varios otros modelos de agujeros negros en los que estos suaves y perfectos horizontes de sucesos serían reemplazados por membranas más delgadas y borrosas. En una de sus últimas teorías, los físicos predijeron que esta niebla sería particularmente intensa alrededor de los agujeros negros recién formados y sería lo suficientemente significativa como para reflejar las ondas de gravedad, produciendo una especie de eco. El agujero negro descubierto en 2017 podría ser la prueba real de esta hipótesis. Así, los expertos argumentan que lo que antes se consideraba un monstruo espacial mudo, atrayendo incluso las más pequeñas partículas de luz y el propio tiempo, de hecho suena como el eco de una campana, destruyendo así la simple física de los agujeros negros.

Niaesh Afshordy, un físico de la Universidad de Waterloo en Canadá, argumenta que según la teoría de la relatividad de Einstein, no debería haber ningún material suelto cerca del agujero negro que refleje las ondas de gravedad. Incluso esos agujeros negros que se rodean de discos de material tienden a tener una zona vacía justo alrededor de sus horizontes de eventos. Sin embargo, los datos de los detectores de ondas gravitacionales existentes muestran que este tipo de regla no siempre funciona. La detección de «eco» cósmico en este caso es una prueba directa de la falsedad de esta teoría.
Sin embargo, no todos los expertos apoyan la idea de que pronto tendremos que revisar nuestros conocimientos habituales de física. Maximiliano Easy, un astrofísico del Instituto Tecnológico de Massachusetts, cree que aunque exista un eco, los científicos no pueden probar con absoluta precisión que el objeto que causó el eco cósmico era en realidad un agujero negro. En cambio, cualquier otro objeto exótico formado tras la colisión de estrellas de neutrones bien podría haber aparecido. Así, este objeto intermedio de corta vida podría ser el remanente de una estrella hipermasiva que se colapse después de la colisión durante un segundo más o menos. El resultado de tal fenómeno fue un eco detectado que llegó a la Tierra cientos de millones de años luz después de un gran evento cósmico.