La luz azul de nuestros aparatos electrónicos acelera el envejecimiento según nuevo estudio

La exposición prolongada a la luz azul de nuestros teléfonos, computadoras y muchos otros electrodomésticos puede tener un impacto negativo en la esperanza de vida humana. Los científicos sugieren que las ondas azules que emiten diodos emisores de luz dañan las células cerebrales y la retina, incluso si no hay incidencia directa de rayos de luz. Los científicos han realizado una serie de estudios sobre una mosca de la fruta común, que revelaron que las ondas de luz emitidas por la quema de LEDs, aceleran el proceso de envejecimiento.

¿Es dañina la luz azul?

La luz es radiación electromagnética, cada color tiene su propia cantidad de energía. Al principio del espectro de luz se encuentra el rojo, que tiene baja energía y es fácilmente percibido por el ojo humano, más cerca de la parte superior del espectro se encuentra la luz azul, que tiene la mayor energía y es capaz de penetrar en la retina, cansando rápidamente nuestros órganos de visión.

La luz azul artificial, que proviene de aparatos y aparatos modernos, ocupa la parte más «dañina» del espectro, cuya longitud de onda se sitúa entre 380 y 500 nm. Las ondas de luz de este rango son las más cortas de la radiación visible, con la dispersión más activa.

Hace tiempo que los científicos han confirmado el impacto negativo de la luz azul en las personas, pero continúan llevando a cabo investigaciones más detalladas sobre su impacto en el cuerpo humano hasta ahora y no planean detenerse en la información recibida. Por lo tanto, los científicos de la Universidad de Oregon han publicado los resultados de nuevas investigaciones en la revista Aging and Mechanisms of Disease.

Durante la experimentación, los investigadores utilizaron una mosca de la fruta común, la Drosophila melanogaster, cuyo organismo, gracias a sus mecanismos celulares de desarrollo, es similar al de otros animales y seres humanos.

Durante la realización del estudio, los investigadores utilizaron 3 grupos de moscas. El primer grupo fue sometido a ciclos diarios de 12 horas: 12 horas en la luz y 12 horas en la oscuridad. El segundo grupo siempre estaba en la oscuridad y se usaba como grupo de control, mientras que el tercer grupo estaba expuesto a la luz azul filtrada. El estudio encontró que las moscas del primer grupo tenían una esperanza de vida más corta. El estudio de las moscas que fueron expuestas a 12 horas de luz azul confirmó el daño a las células de la retina e incluso a las neuronas cerebrales, reduciendo la capacidad de las moscas de trepar por las cercas.

En el experimento también se utilizaron mutantes de la mosca de la fruta, algunos de los cuales no habían desarrollado órganos visuales, pero incluso se descubrió que las moscas sin ojos tenían daño cerebral y problemas de coordinación. Por lo tanto, las moscas no necesitaban ver la luz para poder causar perturbaciones en el cuerpo. Además, los investigadores observaron un hecho interesante: las moscas tratan de evitar la luz azul si se les da la oportunidad de elegir.

Los científicos observan que la presencia de luz natural es crucial para el ritmo circadiano del cuerpo, un ciclo en el que tienen lugar una serie de procesos fisiológicos, como la actividad cerebral, la secreción de hormonas, la regeneración celular, etc. Sin embargo, el aumento de la exposición a la luz artificial, que está aumentando en el mundo moderno, es uno de los factores de riesgo para la insuficiencia del sueño y muchos otros trastornos circadianos.

El uso de la iluminación LED, de diversos aparatos y dispositivos expone a las personas a más y más luz en el espectro azul. Pero debido al hecho de que estas tecnologías son lo suficientemente nuevas, no es posible conocer su impacto en las personas a lo largo de toda su vida.