El estudio del origen de la vida se extiende más allá de la Tierra. Recientemente, el telescopio James Webb ha permitido detectar moléculas orgánicas complejas fuera de nuestra galaxia, abriendo nuevas perspectivas sobre la posible existencia de vida en otros lugares del universo.
El James Webb y su Visión Infrarroja
La exobiología busca moléculas interestelares que sugieran que la vida no es un fenómeno exclusivo de la Tierra. La detección de compuestos orgánicos en otras galaxias apoyaría la idea de que la vida podría ser común en el universo. Sin embargo, algunos científicos se muestran escépticos.
Un artículo publicado en Astrophysical Journal Letters detalla el descubrimiento de moléculas orgánicas complejas (MOC) en el Gran Nube de Magallanes. Este hallazgo fue posible gracias al instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument) del telescopio James Webb.
MIRI analizó la luz de una protoestrella llamada ST6, identificando cinco MOC en el hielo que la rodea. Estas moléculas contienen más de seis átomos.
El Gran Nube de Magallanes es una galaxia enana irregular a unos 160,000 años luz de la Vía Láctea.
Gracias a la imagen MIRI del JWST, los investigadores detectaron moléculas orgánicas complejas alrededor de una joven estrella llamada ST6 en la LMC. Toda la galaxia se muestra en la imagen infrarroja lejana (arriba a la derecha). La imagen principal es un primer plano de la región de formación estelar de la LMC. La imagen Miri del JWST a una longitud de onda de 19 micrones representa ST6 (abajo a la derecha). © Nasa, ESA, CSA, JPL-Caltech, M. Sewiło y al. (2025)
Moléculas Orgánicas Conocidas en la Tierra
Esta es la primera vez que se identifican estas cinco moléculas orgánicas fuera de la Vía Láctea. Incluyen:
- Metanol
- Etanol
- Formiato de metilo
- Acetaldehído
- Ácido acético
El ácido acético no se había detectado antes en hielo espacial, y el etanol, el formiato de metilo y el acetaldehído son las primeras detecciones de estos compuestos en hielos fuera de nuestra galaxia.
También se investiga una señal similar a la del glicolaldehído, un precursor del azúcar y componentes del ARN.

Espectro infrarrojo de la protoestrella ST6 que cubre un rango de longitudes de onda donde se detectaron las firmas espectrales de grandes moléculas orgánicas complejas. © NASA’s Goddard Space Flight Center, M. Sewilo y al. (2025)
Según Marta Sewilo, la sensibilidad y resolución del JWST permiten detectar estas débiles señales espectrales. Antes, solo el metanol se había detectado en hielo alrededor de protoestrellas, incluso en la Vía Láctea.
Diagrama que ilustra los compuestos orgánicos volátiles detectados en los granos de polvo helados alrededor de ST6: acetaldehído, ácido acético, etanol y formiato de metilo. © NASA’s Goddard Space Flight Center
El Gran Nube de Magallanes tiene menos elementos pesados que la Vía Láctea, lo que la convierte en un laboratorio para estudiar la formación de estrellas en condiciones similares a las del universo temprano.
Un Laboratorio para el Estudio de la Formación de Estrellas
El Gran Nube de Magallanes contiene entre un tercio y la mitad de los elementos pesados de la Vía Láctea. Esto permite estudiar la formación de estrellas en condiciones parecidas a las del universo primitivo.
Sewilo señala que la baja metalicidad (escasez de elementos pesados) es similar a la de galaxias en épocas cosmológicas anteriores. Estudiar el Gran Nube de Magallanes ayuda a entender cómo se produce la química orgánica compleja en entornos con menos carbono, nitrógeno y oxígeno.








