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Etiquetado nutricional de alimentos influye en las decisiones de compra de los consumidores

El sobrepeso y la obesidad representan un problema de salud pública. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado han propuesto diversas estrategias para combatir la obesidad, entre ellas encontramos la Ley de Etiquetado de Alimentos.

Etiquetado nutricional y su incidencia en el consumo

La Ley de Etiquetado de Alimentos incluye información específica sobre los niveles de calorías, azúcares o grasas que contienen los productos alimenticios. Sin embargo, no todos los compradores tienen el hábito de consultar esta información adicional.

En México, solo el 23 % de los consumidores consulta los aportes nutricionales de un producto antes de adquirirlo. De este total, el 51 % revisa el porcentaje del contenido de azúcar, 45 % el de grasas, 42 % las calorías y 37 % la cantidad de conservadores, a pesar de que cuenta con la mayor tasa de sobrepeso y obesidad entre su población, en comparación con otros país de América Latina, sostiene Katrine Rubæk, colaboradora en Sundt.mx.

No obstante, la otra cara de la moneda muestra que en algunos países existe una tendencia hacia un consumo saludable. Los consumidores actuales se preocupan más por llevar una alimentación sana y equilibrada. En Chile, el estudio realizado por la empresa Camden, muestra que el etiquetado nutricional ha impactado en las decisiones de compra de un 60 % de los compradores.

El sello de mayor impacto entre los consumidores es “Alto en grasas saturadas”, representando un 37 %; “Alto en azúcar” con un 32 %; “Alto en sodio” con un 20 % y, por último “Alto en calorías, con un 12 %. Esta implementación ha impactado positivamente sobre los jóvenes de hasta 22 años. El 30 % de los chilenos tienen conciencia sobre la importancia de la alimentación saludable.

“El conocimiento de los sellos y su influencia en la decisión de compra ya se ha instalado como un hábito en la mayoría de los consumidores chilenos. Todos son capaces de nombrar alguno de los sellos. Especialmente azúcar y dulces”, señaló Karen Thal, gerenta general de Cadem.

La gerente general recalca que “la generación Z (entre 13 y 20 años) es la que tiene mayor recuerdo de cada uno de los sellos”, y además “el efecto en la compra va aumentando con la edad”.

En Perú, el uso de estos sellos de advertencia también ha impactado sobre la población. Según una encuesta elaborada por Dátum, el 75 % sostuvo que prefieren evitar los alimentos industriales que tienen los octógonos de altos niveles de azúcar, grasas saturadas, sodio, entre otros. Esta afirmación representa todos los niveles socioeconómicos, tanto en el nivel A/B como en el nivel C, con un 66 por ciento; al igual que el nivel D, con 64 por ciento, y del E con un 65 por ciento.