¡La química y la medicina están extremadamente interrelacionadas!. La vida misma es una conglomeración de bioquímica y física, donde la física gobierna el movimiento de las moléculas (biofísica, química biofísica), y la bioquímica es el estudio de la química dentro de los seres vivos; explica cómo vemos las cosas, sentimos las cosas, etcétera.

Otras disciplinas relacionadas con la medicina (como la neurociencia o la biología) se basan en la bioquímica y la física para trabajar. Por ejemplo, hablaré brevemente de la vista. Desde la física entendemos cómo funcionan nuestros lentes oculares para refractar la luz y enfocarla en nuestra retina – desde la bioquímica entendemos que esta luz activa un receptor específico, y hay un camino de cascada de señales celulares que sigue con el fin de ser el inicio de un potencial de acción, que termina activando una parte específica de nuestro cerebro y a través de interacciones químicas, producimos una imagen que vemos. Todo este proceso es incomprensiblemente rápido, y un verdadero testamento de la complejidad de la vida.

Ahora en la medicina. En una gran simplificación, la medicina trabaja para explotar la bioquímica, o alterarla para producir el efecto deseado. Entonces, discutamos la clase de antidepresivos llamados ISRS, o Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina.

La bioquímica detrás de esto es la siguiente: hay una pequeña brecha entre nuestras células nerviosas llamada sinapsis. Para comunicarse entre sí o para transmitir una señal, las células nerviosas (neuronas) liberan neurotransmisores. Estas moléculas se liberan en la sinapsis, donde algunas se unen a los receptores de la neurona adyacente (para pasar una señal), y otras se descomponen o son transportadas de vuelta a la neurona que las liberó originalmente, en un proceso llamado recaptación.

Aquí es donde entra la medicina. Los medicamentos como los ISRS apuntan a este proceso, y lo detienen. Esto permite que más neurotransmisores, en este caso la serotonina, permanezcan en la sinapsis, y estén disponibles para unirse a los receptores de la neurona adyacente. La serotonina provoca respuestas que están asociadas con la felicidad. Al evitar la recaptación, hay más serotonina para provocar estas respuestas, y por lo tanto, nos sentimos más felices.

Ahora hay otra parte de la química en esto: la droga en sí misma. La fabricación de drogas es a través de un proceso llamado química sintética. La droga tiene que ser capaz de unirse a una proteína, vesícula o receptor para prevenir la recaptación, por lo que la droga debe ser diseñada y sintetizada en consecuencia. Este es el tipo de trabajo que hago como Químico Médico Sintético, aunque mi trabajo consiste en crear nuevas, más seguras y más efectivas quimioterapias contra el cáncer, en oposición a drogas como los antidepresivos.

Esta es sólo una de las muchas maneras en que la química y la medicina se superponen. En resumen, la medicina se basa en gran medida en la química y la bioquímica; porque después de todo, tratamos las enfermedades y lesiones principalmente con productos químicos (analgésicos, sedantes, pastillas para dormir, quimioterapia, incluso Neosporina y gel de aloe, por nombrar algunos).