La ciencia del placer masculino ha dado un giro inesperado. Una reciente investigación revela que la médula espinal, y no solo el cerebro, juega un papel crucial en el proceso de la eyaculación. Este hallazgo redefine la comprensión de la sexualidad y podría abrir nuevas vías para tratar disfunciones sexuales.
Cuando el ratón revela los secretos del placer masculino
Investigadores han utilizado ratones para estudiar el proceso de la eyaculación, debido a su similitud con el comportamiento sexual humano en comparación con las ratas. Este modelo permite un seguimiento preciso de cada etapa, desde la excitación inicial hasta el orgasmo.
Constance Lenschow, neurobióloga y coautora del estudio, comenta: «Los ratones podrían ser más adecuados para comprender el funcionamiento de la sexualidad humana, cómo se desarrolla la excitación y cómo se regula la eyaculación»
El objetivo principal fue determinar si circuitos nerviosos fuera del cerebro participaban activamente en este proceso. Mediante la observación de la actividad neuronal y muscular en cada fase, los científicos lograron mapear las interacciones entre señales sensoriales, músculos y circuitos nerviosos, midiendo su influencia en el desencadenamiento de la eyaculación.
Una metodología innovadora para observar lo invisible
Los científicos emplearon una combinación de técnicas avanzadas para explorar este mecanismo:
- Ratones genéticamente modificados con neuronas fluorescentes para rastrear su actividad en tiempo real.
- Estimulación optogenética y eléctrica de estas neuronas para medir su papel en el desencadenamiento del reflejo.
- Registro electrofisiológico para observar la respuesta de músculos y circuitos nerviosos asociados a cada estimulación.
Este enfoque reveló que ciertas neuronas, previamente ignoradas, modulan la excitación y el comportamiento copulatorio incluso antes de la eyaculación.
Susana Lima, investigadora principal, enfatiza: «La médula espinal no es simplemente un relé pasivo que ejecuta las órdenes del cerebro. Integra las señales sensoriales, reacciona a la excitación y ajusta su respuesta en función del estado interno del animal.»
Cuando la médula espinal toma el control
Las experiencias demuestran que la eyaculación no está únicamente controlada por el cerebro. La estimulación de neuronas específicas en la médula espinal resulta en la contracción de músculos selectos, sin provocar la eyaculación completa.
Esto prueba que la médula espinal participa activamente, coordinando músculos y señales para iniciar el reflejo. Estas neuronas también consideran el nivel de excitación y la actividad sexual previa. Su desactivación resulta en una eyaculación más lenta y un ritmo de apareamiento alterado, demostrando la influencia de la médula espinal en todo el comportamiento sexual, no solo en el reflejo final.
Implicaciones para la ciencia y la comprensión del placer
Este descubrimiento replantea la visión del rol del cerebro. La médula espinal no se limita a ejecutar órdenes; integra señales corporales y ajusta el comportamiento sexual en tiempo real.
Para los científicos, esto abre nuevas líneas de investigación para entender trastornos sexuales como la eyaculación precoz o retardada, enfocándose en estos circuitos precisos en lugar de solo el cerebro.









