Un equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard ha querido analizar la composición química del gas que se utiliza en los hogares (el de los electrodomésticos como estufas, hornos, varios calentadores de agua ) llegando a la conclusión, según ha revelado el comunicado de prensa publicado hoy, que en realidad contiene peligrosos contaminantes del aire. Las conclusiones se publican en un estudio en Environmental Science & Technology.

Identificados 21 compuestos químicos «peligrosos» para el aire

El comunicado especifica que los investigadores no evaluaron la exposición de los humanos a estos contaminantes: la investigación se limitó a evaluar la presencia de contaminantes atmosféricos en el gas natural sin quemar.

Los investigadores analizaron más de 200 muestras de gas natural tomadas de 69 estufas de cocina y tuberías encontradas en varios edificios de Boston. Identificaron dos compuestos químicos 196 en las muestras, y 21 de estos han sido catalogados federalmente en los Estados Unidos como contaminantes peligrosos para la atmósfera.

Se encontraron benceno, etilbenceno, tolueno, xileno y hexano

Entre los 21 contaminantes peligrosos, los investigadores encontraron benceno, etilbenceno, tolueno, xileno y hexano. Las concentraciones más altas se registraron durante el invierno.

El gas que usamos en nuestros hogares tiene sustancias olorosas en su interior que son útiles para identificar fugas. Sin embargo, los investigadores encontraron que las pérdidas más pequeñas, aquellas caracterizadas por 20 partes por millón de metano, comenzaron a no tener una cantidad suficiente de odorantes para ser detectadas por un ser humano. En esencia, las pequeñas pérdidas comenzaron a dejar de ser detectables.

Incluso pequeñas cantidades pueden producir «contaminación interior»

El problema es que, como especifica el comunicado de prensa, incluso pequeñas cantidades de contaminantes del aire, producidos por fugas a pequeña escala, pueden comenzar a afectar gravemente la calidad del aire interior, como el de una casa. Y esto por no hablar de que muchos de los aparatos de los electrodomésticos que funcionan con gas natural se utilizan en las proximidades de las personas.

“Este estudio muestra que los aparatos a gas, como estufas y hornos, pueden ser una fuente de sustancias químicas peligrosas en nuestros hogares, incluso cuando no los estamos usando”, explica Jonathan Buonocore, uno de los autores del estudio. Según el investigador, es probable que estas fugas también puedan ocurrir en el sistema de distribución del mismo gas.