Antibiótico vs. Bacteria: ¡Imágenes Impactantes!

Un reciente estudio ha revelado cómo un antibiótico de último recurso, la polimixina B, ataca y destruye la bacteria Escherichia coli (E. coli). Sorprendentemente, la bacteria participa activamente en su propia destrucción.

El mecanismo de ataque de la polimixina B a E. coli

Investigadores del University College London (UCL) y del Imperial College de Londres han logrado visualizar, mediante microscopía de alta precisión, el proceso en tiempo real. Este estudio arroja luz sobre cómo este antibiótico interactúa con la bacteria.

La armadura de las bacterias Gram-negativas

Las bacterias Gram-negativas, como la E. coli, poseen una membrana externa protectora compuesta de lipopolisacáridos. Esta capa actúa como un escudo que dificulta el tratamiento de infecciones.

El colapso de la membrana externa

Las imágenes del estudio publicado en Nature Microbiology muestran que la polimixina B causa la aparición de protuberancias en la superficie de la bacteria. Esto debilita la armadura de la bacteria, creando puntos débiles que permiten la infiltración del antibiótico.

El Dr. Andrew M. Edwards compara este proceso con «una palanca que desprende los ladrillos de un muro».

La sorprendente colaboración de E. coli en su destrucción

La investigación reveló que la efectividad de la polimixina B depende de la actividad de la bacteria. Cuando E. coli está activa y renovando su capa protectora, el antibiótico puede aprovechar las fallas para destruirla. Sin embargo, si la bacteria entra en un estado de dormancia, la polimixina B se vuelve ineficaz.

Según el Dr. Edwards, este hallazgo desafía la creencia de que estos antibióticos actúan independientemente del estado de la bacteria: «En realidad, solo funcionan cuando los microbios colaboran, a pesar de sí mismos, en su propia destrucción».

El riesgo de reactivar bacterias dormantes

El estudio también exploró la posibilidad de «despertar» a las bacterias dormantes mediante la adición de azúcar. Esto reactivaría la reconstrucción de su armadura y las haría nuevamente susceptibles al antibiótico. Sin embargo, esta estrategia conlleva riesgos, ya que la reactivación masiva de bacterias en una infección podría exacerbar la enfermedad.

El profesor Bart W. Hoogenboom enfatiza la importancia de traducir estos hallazgos en nuevas estrategias terapéuticas, ya que «las polimixinas constituyen una importante línea de defensa contra las bacterias Gram-negativas, responsables de muchas infecciones mortales resistentes a los medicamentos. Es importante comprender su funcionamiento».