Acidez: ¿El tratamiento estrella es un riesgo?

El omeprazol es un medicamento común utilizado para tratar problemas de acidez estomacal. Actúa reduciendo la cantidad de ácido producido en el estómago, aliviando así las molestias causadas por la hiperacidez gástrica. Sin embargo, su uso requiere atención y precaución.

Mecanismo de Acción y Propiedades del Omeprazol

El omeprazol pertenece a la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP). Este medicamento actúa directamente sobre las células del estómago responsables de la producción de ácido, bloqueando la enzima H+/K+-ATPasa, lo que reduce la cantidad de ácido clorhídrico en el estómago.

Un aspecto importante es que el omeprazol no ofrece alivio inmediato. Su efecto se desarrolla gradualmente a lo largo de varios días, lo que permite una regulación estable de la acidez gástrica. Generalmente, los pacientes experimentan una mejora de los síntomas después de 48 a 72 horas de tratamiento.

El omeprazol está disponible en cápsulas gastrorresistentes de 10 mg y 20 mg. Esta formulación protege el principio activo del medicamento del ácido del estómago, asegurando su absorción en el intestino delgado. Si tiene dificultad para tragar las cápsulas, se pueden abrir y mezclar el contenido con un líquido ligeramente ácido.

Indicaciones Terapéuticas Principales

El reflujo gastroesofágico (RGE) es una de las principales razones para usar omeprazol en adultos. Esta condición ocurre cuando el contenido del estómago regresa al esófago, causando acidez y, a veces, daño al esófago. El omeprazol ayuda a proteger el esófago al reducir la acidez del reflujo.

También se usa para tratar las úlceras de estómago y duodeno, causadas por la bacteria Helicobacter pylori o por el uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Estos medicamentos pueden dañar el revestimiento del estómago, y el omeprazol ayuda a curar estas lesiones.

En niños mayores de un año, el omeprazol puede ser útil para tratar la gastritis erosiva y el RGE pediátrico. También puede ser prescrito para erradicar la bacteria Helicobacter pylori en niños mayores de cuatro años.

Dosis y Administración

La dosis común para adultos es de 20 mg al día para tratar el RGE, durante un período de 4 a 8 semanas. Una vez que el esófago se cura, la dosis puede reducirse a 10 mg diarios para mantenimiento.

Para las úlceras, la duración del tratamiento depende de dónde se encuentre la úlcera. Las úlceras gástricas usualmente requieren 4 semanas de tratamiento con 20 mg al día, mientras que las úlceras duodenales pueden sanar en 2 semanas. En casos difíciles, la dosis puede aumentarse a 40 mg diarios.

Para eliminar el Helicobacter pylori, se usa un tratamiento que combina 20 mg de omeprazol dos veces al día con antibióticos. Este tratamiento, que dura entre 7 y 14 días, tiene una alta tasa de éxito. El síndrome de Zollinger-Ellison, una condición rara con alta producción de ácido, requiere dosis más elevadas de omeprazol, hasta 60 mg al día.

Efectos Secundarios y Precauciones

Los efectos secundarios del omeprazol suelen ser leves y reversibles. Los más comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Los dolores de cabeza también son un efecto secundario común.

El uso prolongado de omeprazol puede llevar a ciertos riesgos que deben ser vigilados cuidadosamente:

  • Hipomagnesemia, que puede causar problemas del ritmo cardíaco.
  • Deficiencia de vitamina B12, debido a problemas de absorción.
  • Aumento del riesgo de fracturas de cadera, muñeca o columna vertebral.
  • Mayor susceptibilidad a infecciones digestivas.
  • Desarrollo de pólipos gástricos benignos.

Suspender el omeprazol de forma repentina puede causar un aumento temporal en la producción de ácido. Por ello, en algunos casos, es mejor reducir la dosis gradualmente. Las personas con problemas hepáticos necesitan ajustes en la dosis y un seguimiento más cercano.

El omeprazol no debe usarse junto con el nelfinavir, un medicamento antiviral que ya no está disponible en algunos mercados. El uso de omeprazol durante el embarazo generalmente se considera seguro, y la lactancia también es compatible con este tratamiento, según las recomendaciones del Vidal.